topos y pitufos

Violentamente saltamos de fardo en fardo, temiendo ser Topos. La adrenalina me recubría. Mi respiración era acelerada, vapor escapaba de mi boca, las pupilas dilatadas, por la oscuridad, y por alguna que otra cosa.
Las imágenes distorsionadas, oí un ruido, era víctima de un esperado ataque; congelé mi cuerpo, deje de respirar, me sentía un animal.
Empecé a saltar nuevamente, un Topo siniestro estaba detrás de mi, tenía demasiado miedo, su rostro era horrendo, sus dientes enormes y bigotes despeinados.
Caí fuertemente al suelo, mis atuendos cobraron colores terrosos, mis dientes crecieron, bigotes despeinados tengo.
Ahora debía ser parte de ellos, acostumbrarme a franelear con el suelo.